Con este blog queremos ayudar a los propietarios de mascotas, mejorar la salud de sus animales domésticos y acompañarles en el difícil momento de su despedida.

Claves para identificar y remediar la fiebre en gatos

Fiebre en gatos

Si observas que tu gato actúa de manera extraña últimamente y muestra síntomas como pérdida de apetito, apatía, menor interés en el juego, o tendencia a descansar más horas de lo habitual, podría estar sufriendo un episodio febril debido a alguna infección de mayor o menor gravedad. Por eso, identificar la fiebre en gatos es fundamental para poder actuar rápido y evitar complicaciones.

Cuál es la temperatura normal de un gato

La temperatura normal de un gato adulto oscila entre 38 °C y 39,5 °C, por lo tanto, por encima de eso, se puede hablar de hipertermia o pirexia, o lo que es lo mismo: fiebre en gatos.

Al igual que en los humanos, un aumento de la temperatura puede indicar problemas de salud en tu compañero peludo. Para verificar si mi gato tiene fiebre, puedes introducir suavemente un termómetro en su recto, tranquilizándolo con caricias.

Si el gato es difícil de manejar porque se pone nervioso o tiene un carácter un tanto arisco, lo mejor es buscar la ayuda de un veterinario.

Cómo puedo saber si mi gato tiene fiebre

Para tomarle la temperatura a tu gato, utiliza un termómetro digital específico para mascotas, ya que son más seguros y precisos. Aplica una pequeña cantidad de lubricante, como vaselina, en la punta del termómetro para facilitar la inserción. Después, si lo consideras necesario, envuelve al gato en una toalla para evitar movimientos bruscos y, si puedes, pide ayuda a otra persona para sujetar mejor al gato y calmarle con cariño.

Seguidamente, levanta cuidadosamente la cola del gato e inserta el termómetro en el recto del gato con suavidad. Mantenlo en su lugar durante aproximadamente 60 segundos. Tras tomarle la temperatura, tranquiliza al gato y ofrécele una recompensa para asociar la experiencia con algo positivo.

Además del evidente uso de un termómetro, algo que no siempre es sencillo con este tipo de mascotas, existen algunos síntomas que pueden darnos una pista de que nos encontramos ante un gato con fiebre.

  • Nariz reseca y caliente. Si la nariz de tu gato está seca y muy caliente en lugar de fresca y húmeda, puede ser un indicador de fiebre.
  • Descuido en el aseo diario. La meticulosidad en el aseo es una característica fundamental en los gatos. Si notas que tu gato ha abandonado sus hábitos de aseo y su pelaje se ve descuidado, podría ser señal de fiebre provocada por una infección o cualquier otro malestar. 
  • Cansancio, menos juguetón o inquieto. Cambios notables en el comportamiento, como nerviosismo, apatía o falta de interés en el juego, también pueden indicar un problema de salud. Observa también si sus ojos parecen irritados, llorosos y con legañas.
  • Respiración acelerada. Si notas que tu gato respira más rápido de lo normal y tiene latidos cardíacos acelerados, es crucial acudir al veterinario con urgencia para realizar pruebas pertinentes, ya que es un síntoma que podría estar relacionado con fiebre muy alta.

Qué provoca que un gato tenga fiebre

La fiebre puede ser una respuesta a diversos estímulos negativos que causan daño al organismo y provocan el aumento de la temperatura corporal de un gato. Se pueden diferenciar dos tipos de causas, infecciosas y no infecciosas.

Causas infecciosas

Están provocadas por virus, bacterias, hongos o parásitos, y pueden provocar problemas de salud de diferente gravedad, desde infecciones fácilmente tratables, hasta patologías irreversibles con un elevado porcentaje de mortalidad.

  • Virus: VIF (sida felino), PIF, VLFe, FHV-1, FPV (panleucopenia felina), calicivirus felino.
  • Bacterias: Estreptococos, clamidias, anaplasmas, entre otras.
  • Parásitos: Gusanos pulmonares, toxoplasmosis.
  • Micosis sistémicas.

Causas no infecciosas

Las causas no infecciosas son aún más amplias y pueden ser más complicadas de diagnosticar.

  • Neoplasias (tumores).
  • Enfermedades autoinmunes: Pemphigus foliaceus, lupus eritematoso.
  • Inflamación de tejidos como el páncreas, pulmón o hígado, así como abscesos en la piel y otros órganos.
  • Sustancias tóxicas, como ciertos medicamentos.

Aunque la fiebre es una respuesta inmunitaria natural y necesaria, las hipertermias a veces pueden ser provocadas por el estrés o altas temperaturas ambientales. Es esencial identificar la causa que la está provocando para un tratamiento adecuado y garantizar el bienestar del gato.

Fiebre en gatos

Cómo bajarle la fiebre a tu gato

Si tu gato tiene fiebre y lo has comprobado con un termómetro, o bien muestra los síntomas que hemos descrito, es de vital importancia que acudas al veterinario. Mientras tanto, te explicamos cómo bajar la fiebre a un gato.

Hidratación

Asegúrate de mantenerlo bien hidratado, este punto es fundamental. Si no quiere beber, puedes utilizar una jeringuilla para proporcionarle la cantidad de líquido necesaria. Introdúcela suavemente en su boca y vacía el contenido con cuidado. También puedes ofrecerle un suero especial con electrolitos para gatos. En casos de deshidratación seria, puede ser necesario suministrar suero subcutáneo.

Nutrición adecuada

Evita la desnutrición proporcionándole un alimento que cubra sus necesidades nutricionales y sea apetecible, por ejemplo su comida húmeda preferida. Verifica que no tenga diarrea y de ser así, elige una variedad de fácil digestión. Una vez recuperado, puedes volver a combinarla con su alimentación seca habitual.

Ambiente tranquilo y enfriamiento suave

Colócalo en una habitación tranquila, preferiblemente con suelo de baldosas frescas, y humedece ligeramente su cuerpo. Usa compresas húmedas, mojadas con agua fría, y colócalas en su frente durante unos minutos. Luego, aplícalas en sus patas y la zona de la tripa; repite este proceso un par de veces al día. También puedes situar un ventilador cerca para que se renueve el aire, evitando dirigirlo directamente hacia él.

La duración de la fiebre en gatos depende de la causa subyacente. Por ejemplo, si se trata de una reacción a una vacuna, es probable que desaparezca en pocas horas a medida que el cuerpo de tu gato deje de reaccionar a la sustancia inoculada. Sin embargo, si la fiebre continúa varios días, es clave consultar al veterinario para una evaluación y tratamiento adecuados.

Es importante que observes a tu gato para identificar cualquier cambio en su comportamiento. La fiebre en gatos puede ser señal de enfermedades graves, potencialmente letales y altamente contagiosas entre felinos como la panleucopenia. Si el diagnóstico es malo, en Adiós Mascota estamos para apoyarte, guiarte y ayudarte en vuestros últimos momentos juntos.

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